Dios, no importa cuanto me pellizque sigo sintiendo que aun estoy soñando este glorioso momento, pues no se imaginan cuantos años de mi vida han pasado desde que anhelaba comprarme TODO UN KILO DE QUESO PECORINO O DE AÑO (sutilmente diferentes pese a la apariencia), para mezclarlos a los cuatro manjares de la libertad sin preocupaciones atravesandose como "vacas en el medio", especialmente cuando las finanzas grupales no dan para mas alla de una cucharadita de esta delicia lactea. En verdad esto es algo para llevarmelo como logro a mis ultimos dias.
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